Se cierra una etapa más de nuestro viaje, del que ya hemos pasado el ecuador.
Ahora toca descansar del trabajo en la tierra y empezar con el de ordenador. Para ello nos hemos mudado a una pequeña casa a las afueras de Byron Bay que nos ha dejado una cantante que hemos conocido, ya que ella se ha ido de gira por Indonesia. Aquí estaremos las próximas tres semanas.
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Nuestra nueva casa. |
Dejar la casa de los Gallant-Derofe no ha sido fácil, pero lo ha amortiguado el hecho de que les seguiremos viendo mientras estemos por esta zona.
Gracias por todo Yonna y Darren.
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Con Darren y Yonna. |
En nuestra última semana con ellos empezamos a plantar las primeras verduras y arreglamos los jardines que rodean la casa.
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¡Por fin crece algo! |
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Frutas del jardín. |
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Planta carnívora tras tragarse una hormiga. |
Y seguimos visitando los alrededores, incluyendo Bangalow, con sus casas antiguas y su mercado (cómo no). En él Darren estuvo hablando con un conocido que trabajaba como heladero. Es curiosa su historia, además de bastante representativa de los problemas de esta zona de Australia. Resulta que en su juventud fue un modelo de primer nivel con la cabeza lo suficientemente bien amueblada como para darse cuenta de que con los años necesitaría una nueva fuente de ingresos. Pensando en mantener su nivel de vida se puso a estudiar arquitectura. Pero entonces, al acabar la carrera, decidió que quería vivir en Byron, y ahí empezaron sus problemas. En esta zona hay tres tipos de personas: los que tienen mucho dinero y no trabajan o lo pueden hacer online, los que trabajan en tiendas, mercados, granjas o haciendo chapuzas y los que viven de las ayudas del estado. Un nuevo arquitecto no encaja en ninguno de los tres grupos, así que no encontró trabajo. Tras valorar sus opciones y el estilo de vida que quería llevar acabó comprando una furgoneta con la que va de mercado en mercado vendiendo helados orgánicos.
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Calle de Bangalow. |
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Con Yonna en un café de Bangalow. |
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Puesto del mercado. |
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¡A la rica hamburguesa de canguro! |
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Todo un artista.
También visitamos una comunidad llamada Rainbow Temple, construida alrededor de un gran árbol en medio de un bosque, donde la gente convive en un retiro espiritual. Nos atrajo la idea y el lugar, pero una vez allí decidimos que no era sitio para nosotros. Tiene pinta de haber sido muy especial, pero hoy en día parece que se queda en eso, en la pinta.
Siguiendo con los hippies, visitamos una exposición que organizaba uno por su 60 cumpleaños. Para ello reunió las fotos de toda su vida y las expuso como despedida, ya que tiene previsto volver a coger la mochila. |
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Sala donde expuso sus fotos. |
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Fotos de su familia. |
Y hemos disfrutado de la noche, gracias principalmente a Darren. Con él nos fuimos a una fiesta privada en una iglesia de un pueblo perdido en el bosque, donde por cierto estaba uno de los pubs más antiguos del país.
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Darren comprando cerveza en el pub centenario. |
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La iglesia por fuera. |
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La iglesia por dentro. |
Y también él nos consiguió las entradas para ver a MGMT, cuando oficialmente llevaban días agotadas. Fue un gran concierto en un pequeño bar – hotel – restaurante a pie de playa. El aforo para esa noche del Beach Hotel aumentó hasta 900 personas, algo casi ridículo si tenemos en cuenta la fama del grupo. Pero parece que Byron es un sitio que les gusta a los artistas (Bob Dylan y Elvis Costello vienen a finales de abril) y algunos se acercan cuando giran por el país.
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El Beach Hotel de día. |
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Listos para el concierto. |
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¡MGMT en directo! |
El Beach Hotel pertenecía hasta hace un año a un amigo de Yonna, quien lo vendió por 50 millones de euros. Este sitio es hippie hasta que alguien habla de dinero. Entonces recuerdas que estás en la zona más cara de Australia junto con el centro de Sidney. El señor en cuestión es el mejor amigo de Paul Hogan, y juntos crearon en los 80 el personaje de Cocodrilo Dundee, con quien ganaron más de 300 millones. Aprovechando su buen olfato recorrió las costas del país comprando propiedades y locales en pueblos por aquel entonces solo visitados por hippies y surfistas.
Volviendo al concierto, toda la noche fue genial, desde el sonido a los teloneros o los propios MGMT, que estuvieron a la altura de lo que se esperaba.
Y por último y por petición popular colgamos una foto de huevos felices de Federal. Las gallinas son muy reservadas y nos está costando que nos den permiso para hacerles fotos. Lo seguiremos intentando.
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Huevos felices de Federal. |
P.D: Nuestra cámara de fotos decidió tomarse un descanso, así que las fotos de esta entrada y las que vendrán después están hechas con el móvil y con una cámara de Darren (¡gracias!).
Que no, que no, que no me convencéis. Eso de sacar una foto a unos huevos de Eroski no cuela.
ResponderEliminarDónde están las gallinas? Tongo, tongo!! ;D
Seguid disfrutando por allí.