Se acabó.
Romper nuestros libros de wwoofers y tirarlos a compostar ha marcado el final de nuestra experiencia como voluntarios en granjas ecológicas.
Y para acabar hemos estado en la granja de los Robinson. Por la formación científica de ambos, sus animales y su terreno era la granja de la que teníamos expectativas más elevadas. Y como suele ocurrir en estos casos, ha sido la decepción del viaje.
|
Con Jim y Wendy. |
|
La casa vista desde el jardín; con la planta de la izquierda los Robinson hacen esponjas. |
|
El mejor rincón de la granja. |
|
Los paneles solares que suministraban prácticamente toda la energía necesaria. |
|
Vacas felices. |
No hemos conectado ni con Helen ni con Jim, y ello ha ido en perjuicio tanto de nuestro aprendizaje como de la experiencia en general. Es una pena porque las condiciones, a diferencia de la granja de Japón, daban para mucho más.
Dicho esto, tampoco ha habido nada que haya destacado negativamente. Hemos experimentado lo que es vivir en una casa que intenta ser autosuficiente, aprovechando entre otras cosas el agua de lluvia y la luz del sol. Y en ella hemos contado con mucho tiempo libre en el que hemos podido trabajar online en nuestro proyecto de alimentación ecológica.
|
Reflexionando sobre la recta final del viaje. |
|
Uno de los rincones de la granja. |
|
Verduras de la huerta a la plancha. |
Tampoco los pueblos que hemos visitado, Lismore y Ballina, tienen nada destacable que ofrecer. Alguna que otra tienda de segunda mano y poco más.
|
Lismore. |
|
Lismore. |
|
La playa de Ballina. |
|
Un descanso después de recorrer la playa. |
Ni siquiera fue interesante la fiesta tailandesa del agua a la que nos acercamos en los terrenos de lo que será un templo budista.
|
La "fiesta" tailandesa del agua. |
En cierta manera es el mejor final, ya que nos ha permitido completar el proyecto por el que iniciamos todo esto y nos ha dejado la sensación de que nuestro trabajo por estas tierras no da para más.
Es hora de volver a la ciudad. Y para ello nada mejor que Sidney, donde además nos encontraremos con nuestro amigo Asier.